jueves, 21 de enero de 2010

XX Y?

“El sexo nos hace hombres o mujeres... o las dos cosas”
Frase promocional del Film xxy



Introducción

Mediante este film se produjo en mí la pregunta que tratare de abordar a lo largo del presente trabajo con respecto a qué lugar queda para la asunción en el sujeto cuando en lo real del cuerpo no falta nada, delimitando un mas allá de la anatomía tomando para ello el valor de las formulas de la sexucción y los tres registros (RSI), demarcando el empuje de la época incidiendo o no en las posibles respuestas frente al deseo del Otro, y rescatando por último el valor del campo del psicoanálisis y desde allí, la libertad del sujeto…


Alguien corre machete en mano, hasta que corta con algo, esta escena de inicio a la película de Lucia Puenzo, XXY, donde se plantea la historia de Alex (sujeto intersex) que en tiempos de la adolescencia empieza a entender que el destino no es lo anatómico, sino que el destino es su propio deseo.
Empieza el desfiladero de temas: un cuerpo inadecuado frente a la norma, los intentos de adecuación desde lo biológico, lo farmacológico, el intento de adecuación al deseo del Otro, los modos de respuesta al mismo, el corte, la Asunción…
Todo comienza al llegar desde Buenos Aires a pedido de la madre, un cirujano que se especializa en “reasignaciones sexuales”, uno de los modos de respuesta frente a su propio deseo, tratara de reacomodar y adecuar a Alex a eso que ella quiso desde que estaba en su vientre, el padre de Alex nada sabe de ello, no habla pero sospecha y se pregunta todo el tiempo que es lo mejor. Alex esta al margen, habla poco, lo único que repite es su interés por tener su primer relación sexual, lee libros, cuestiona al hijo del matrimonio invitado, cuya anatomía coincide con el rol social asignado pero que su deseo es otro, el es un hombre y progresivamente asumirá que desea a otros hombres.
La clínica psicoanalítica pone de manifiesto que cuando un ser hablante es convocado a responder como hombre o mujer no sabe hacerlo, la sexuación depende de un decir, un decir que reúne ciertas características, que no esta escrito pero puede escribirse…( el pasaje de la lectura desenfrenada de libros sobre lo sexual de Alex a su propia palabra quizá lo testifique en el film) Esta lectura de la clínica de la sexuación abre un campo de operación, el campo que es el nuestro “el campo del deseo” , “el psicoanálisis es una teoría que considera al deseo como motor del funcionamiento subjetivo y la psicosexualidad es la referencia a partir de la cual se decodifica cualquier relato”[1] . La sexualidad se haya radicalmente modificada después de Freud, arrancada del reino biológico, mas allá de este es necesaria una implicación subjetiva del sexo, una asunción, y es esto lo que rescato del film, el foco en la asunción en la medida en que el discurso delimita esa idea de poder no hacerlo o rechazarlo, demarcando que “la declaración soy hombre, o soy mujer es siempre problemática y requiere que se precise desde donde, desde que punto de mira se ubica el sujeto para afirmarlo”[2] , evidentemente la película testimonia como progresivamente Alex va tomando posición para poder llegar a seguir con el destino que deja abierto la ambigüedad de su nombre…
En un sujeto pueden coexistir posiciones encontradas de la diferencia entre lo que la sexuacion le debe a lo imaginario, a lo simbólico y a lo real. Por una lado esta el sexo biológico localizado en un cuerpo eminentemente imaginario, que solo se rige por los caracteres sexuales primarios y secundarios, es “el cuerpo que se ve”, la imagen del cuerpo. Alex empieza a mostrarse a los otros y estos se desesperan por la inadecuación anatómica, no solo muestra su anatomía, sino que se permite destaparla dejando de tomar las medicaciones que la mantenían orientada mas bien a una fisonomía femenina, fármacos cuya madre facilitaba. Es en el florecimiento propio de la adolescencia donde aparece el cirujano convocado por la madre, quien siempre deseo una hija mujer, pero así mismo es sobre este cuerpo que la acción del significante falico opera, corta y pasa“de ser un cuerpo a tener un cuerpo” y desde allí a elegir en que lugar posicionarse, mediatizado en el film por la palabra del padre, opera un corte hacia el deseo de la madre, excluye al cirujano y deja elegir, dando lugar así a las diversas maneras que encontrara el sujeto para inscribir ese cuerpo y su goce respecto del significante, de esto depende para el psicoanálisis que haya hombres y mujeres y es lo que se describe en las formulas de la sexuación, los sujetos se distribuyen de un lado o del otro según las proposiciones en las que se inscriben, constituyéndose en su argumento. Estas proposiciones definen cuatro maneras de relacionarse con una única función: la función fálica, cualquiera sea el sexo biológico, es la posición de cada uno en relación al falo lo que lo sitúa como hombre o mujer.
Ahora bien, si observamos la frase de presentación de la película “El sexo nos hace hombre o mujeres o las dos cosas” podemos ver que se esconde allí el empuje de la época y deducir así la importancia de las formulas de la sexuacion como aparato de formalización que sostiene la particularidad de los sujetos en detrimento de la universalidad de los mismos y como un modo de resistencia al mismo. El psicoanálisis afirma que no es el sexo lo que nos hace hombres o mujeres, sino el atravesamiento de los significantes “El ser del cuerpo, ciertamente es sexuado[3]”, pero su sexuacion resulta en primer lugar, de hechos de discurso a los que los órganos deberán conformarse o no, esto ubica que no se trata de reasignar, corregir o cortar lo que sobra, claro empuje del deseo materno, de la epoca , de la mirada aterrada de los otros.
Esta frase promocional… ¿querrá decir algo sobre el “unisexo”? una frase suspendida que presenta a un film que, para una lectura psicoanalítica hablaría del destino como el deseo y que esconde el mensaje de sostener un posible todo… ¿Se trata de ubicarse en los dos lados a la vez creando y sosteniendo la nueva figura de lo androgino? “se nos quiere convencer de que vivimos en un nuevo pluralismo en el que lo sexual ya no constituiría un problema y que todas esas cuestiones represivas eran propias de la sociedad victoriana”[4] los términos que han entrado en conflicto hoy sea como “la diferencia sexual” el genero y la sexualidad, señalan fenómenos muchos mas profundos, “se piensa que es posible deshacerse de la diferencia sexual, pero es el mismo deseo de deshacerse de ella que evidencia su fuerza duradera y su eficacia[5]” el concepto de genero vendría así a separar lo anatomo- biológico de las construcciones sociales, que abogan por un proceso de desexualizacion del lenguaje, lenguaje que para nosotros como analistas es el que vializa a la sexuacion de los sujetos.
Y esto mismo es a lo que nos enfrentamos como analistas hoy, y es desde nuestra posición de tomar lo que la ciencia obtura, lo que los Genders Studies tratan de cubrir, que debemos orientar y sostener ese campo que es el nuestro “el campo del deseo”, permitiendo al sujeto un sexo, estructurado por su historia, su biología y su cultura; que descubra y conquiste su sexualidad; y no cubra lo que fue colonizado con un sexo por el otro de la ciencia plástica…
¿Podríamos pensar en la creación de cada uno de estos nuevos significantes, a las acciones de adecuación producidas por la ciencia que obturan la castración y la verdad del “no hay relación sexual” como otra treta mas del fantasma , un poco más de pasto para el ojo, un intento más de darle consistencia al Otro que no existe y responder así a su deseo?
Alex escapa de quedar constituid@ por la asignación del Otro de la ciencia, poniendo el corte en otro registro, no ha renunciado a mantener abierto el interrogante de su deseo, sin confundir así a el órgano con el significante que l@ divide. Las formulas de la sexuación suponen un cierto ordenamiento electivo respecto al falo, impugnando así que la posición sexuada se alcance por el lado de la identificación, quedando en claro que el sujeto es producto de esa elección.















Bibliografía



Barros, Marcelo “Adversus Sinistri” Clase Teorica.
Butler, Judith “Deshacer el genero” Paidos Studio 167, Barcelona 2006.
Freud, Sigmund “La sexualidad en la etiología de las neurosis” Ed. Losada, Trad. Lopez Ballesteros
Freud, Sigmund “Tres ensayos para una teoría sexual” Ed. Losada, Trad. Lopez Ballesteros
Lacan, J El seminario Libro XX “Aun” Paidos, Buenos Aires 2001.
Maleval, J.C “La forclusión del Nombre del Padre. El concepto y su clínica” Cáp. X, Paidos Campo Freudiano, Buenos Aires 2002.
Miller, J y Otros “Del Edipo a la sexuación” Paidos -ICBA, Buenos Aires 2001.Millot, Catherine “Exsexo. Ensayo sobre el transexualismo” Catalogos-Paradiso, Buenos Aires 1984.
[1] Barros, Marcelo “Adversus Sinistri”
[2] Miller y Otros “ Del Edipo a la sexuacion” en Síntoma y sexuacion. Paidos
[3] Lacan, J El Seminario Libro XIX
[4] Barros, Marcelo “Adversus Sinistri”
[5] Butler, Judith “Deshacer el genero” Paidosstudio167

jueves, 14 de enero de 2010

Síntoma: Del poema al poeta


“Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no guarecen… hablo”
Pizarnik, Alejandra
Fragmentos para dominar el silencio.



El objetivo del presente trabajo es dilucidar las fases del síntoma en el acto analítico, tomando en cuenta para ello las nociones teóricas trabajadas en la cátedra desde Freud y Lacan ubicándolas dentro de los polos del poema y el poeta.
La elección de estos términos no es azarosa, las formaciones del inconsciente, (en nuestro caso particular el síntoma) y la poesía son creadas en su relación al significante, toman de el su materia prima. La condición para que haya psicoanálisis es justamente que el inconsciente este estructurado como un lenguaje, solo por esta es posible que el síntoma ceda a la interpretación y permita así virajes subjetivos. “No hay ninguna significación que no se sostenga sino es por la referencia a otra significación”[1] , el síntoma histérico como bien diría Freud “habla”, tiene valor de palabra, aunque el sujeto no sepa nada de ello[2].
A partir de la enseñanza de Lacan la estructura no esta situada en no se sabe que profundidades insondables del psiquismo, la estructura esta articulada en el discurso del sujeto, se revela en “los efectos que la combinatoria pura y simple del significante determina en la realidad donde ella se produce”; constituye la “máquina original” que pone en escena al sujeto en el campo de nuestra experiencia”[3]
Un poema tradicionalmente se nos presenta en “verso”, tiene alguna extensión, un paciente a lo largo de las entrevistas preliminares “versa[4]” su historia, como lo señalara Lacan en su primer enseñanza bajo el termino de epopeya. Este, designa un poema narrativo extenso con un elevado estilo, con acciones grandilocuentes, con personajes heroicos o de suma importancia en el cual interviene lo sobrenatural o maravilloso[5]; es así que nos vamos encontrando con el relato, un relato donde el acento o la responsabilidad de lo que ocurre esta referida a los otros, a la mala suerte, al azar, las acciones en él pueden ceñirse desde la imposibilidad, la insatisfacción, la vacilación, la precaución, está presente un penar constante que actuó como disparador para la lectura de su texto.
El paciente “dice lo que cree que es verdadero, lo que el analista sabe es que solo habla cerca de lo verdadero, porque ignora lo verdadero en si”[6].
Es el momento donde el sujeto no reconoce al síntoma como sufrimiento, no advierte que padece de él porque obtiene del mismo un doble beneficio, hay un predominio de quejas hacia los otros, pero ninguna implicancia subjetiva.
El síntoma en el inicio del análisis es creencia, hay evidentemente un trabajo que hacer aquí, una vez leído el “poema épico” habrá que ir desbrozando la estructura de sustitución que deja ver el síntoma, produciéndose así poco a poco que el sujeto advierta algo nuevo para él en este relato, que empiece a jugarse en él la responsabilidad de haber escrito este y no otro poema que lo dice. “La inserción del narrador en el texto es un lugar fértil para precisar las diferentes implicaciones del sujeto que habla o bien, que es hablado”[7] proporcionando así el desplazamiento del poema al del poeta, génesis presente en el sujeto a través del síntoma, incluyendo en su núcleo la capacidad de la construcción de nuevos sentidos.
Evidentemente algo en el relato insiste y muestra la presencia de otra cosa, revela que el síntoma es una suerte de cobertura, de presentación del goce (evidenciado esto en la torsión de la enseñanza lacaniana a partir del seminario XI) Es decir, no todo es significante, no todo reside en aquello que se puede decir, hay una cara pulsional a tener en cuenta de aquí en más, donde el juego de posiciones entre el que narra, el que escribe y el que firma comienzan a interactuar.
Reconocido el síntoma como algo causado por una cierta relación con el goce, en el sujeto surgirá la necesidad de desembarazarse de eso, querer hacer otra cosa más que padecerlo y es así que aparecerá una demanda dirigida al analista (síntoma analítico) y la posibilidad entonces de transformarse en poeta.
¿Que es entonces un poeta? En términos generales un poeta es aquel quien compone obras y esta dotado de las facultades necesarias para comprenderlas y como diría Freud anticipar al psicoanalista, habrá poesía en tanto y en cuanto haya un sujeto capaz de asumir un nuevo orden de relación simbólica con el mundo[8] el discurso del paciente a través del recorrido analítico va rubricándose en virtud a las interpretaciones haciendo que el síntoma obtenga su valor subjetivo y particular por lo tanto no universalizable, la epopeya empieza a cobrar otro valor, la orientación divina o las manifestaciones del azar presentes en la misma comienzan poco a poco a desvanecerse.
Un poeta es aquel que no describe lo que ve, sino que apunta a lo que en el mundo es enigmatico y no se ve por estar en el mundo.
Empieza así a jugarse algo en relación a la autoría, un síntoma que ya no buscara su reconocimiento en el Otro, sino que deviene motor pulsional de su mismo acto. Entramos desde aquí al campo del Objeto a que es el que provoca y cosquillea por el interior, es como lo definiría Miller “lo que queda de la inconsistencia del Otro del significante”[9] ligado a lo singular, a la propia invención, incidencia de Lalengua sobre el ser hablante.
El síntoma comienza a jugarse como respuesta del sujeto a lo traumático de lo real, como lo que no cesa de inscribirse en lo real, se tratara entonces de develar el agujero del “no hay relación sexual” que muchas veces fuera velado por el “verso”, por la poesía “en el intento de escribir lo imposible, el imposible encuentro con el otro sexo – la relación sexual- hay que caracterizar dos grandes modalidades de la literatura, una de ellas se vuelca hacia el lado de la significación a la hora de enfrentarse con ese agujero en lo simbólico que es lo imposible… la otra forma de literatura intenta procurar, más allá de las limitaciones que impone la significación, una relación más estrecha con lo real”[10] Desde este viraje necesario, el trabajo del analizante se ceñirá entonces en el atravesamiento del fantasma, de su falso ser para conocer su síntoma, saber hacer con, saber desembrollarlo, manipularlo más que velar la imposibilidad con significantes metafóricos que sustituyan el que falta , se tratara de arrojarse a la imposibilidad vaciando de sentido a las palabras, se tratara de la destitución subjetiva, en tanto la salubridad de dejarse de hacer preguntas y “estar a la altura de hacer lo que hay que hacer”
“Si el síntoma es retorno de lo reprimido, si el síntoma es manifestación de lo pulsional, lo que se haga en el encuentro con el sujeto en torno al síntoma decide sobre lo que vendrá, decide sobre lo que puede suceder y lo que no puede suceder en el vinculo terapéutico cualquiera que sea”[11]
El destino del síntoma dentro del análisis no tendrá que ver entonces con la restauración del equilibrio homeostático perdido, el alivio de la ansiedad y su atenuación, el síntoma es una apuesta se buscara a través de el un estado nuevo y desconocido del paciente al que acceda por del atravesamiento de su fantasma, que tome decisiones sin Otro, es una apuesta a sostener en estos tiempos donde lo más propio de uno, donde esta la puerta de salida o de ¿entrada? trata de ser abolido por la época a un mero trastorno, a un sitio que engloba a sujetos particulares bajo significantes que ordenan su posición respecto de los otros como universal.
El lugar del síntoma para el psicoanálisis, vializa al conocimiento del autor, del verdadero autor, el psicoanálisis responde con un “atrévete con la poesía te esta permitido saber” y desde allí, desde todo el recorrido y la férrea convicción del síntoma como nuestra singularidad y como apuesta, nos invita a habitarlo como poetas, manteniendo la resonancia de lo que sabe hacer el inconsciente con las palabras y el saber hacer con el síntoma alcanzado por el recorrido analítico fuera de la palabra misma, centro exterior, letra, trazo que nos atraviesa y singulariza, entender esa fundamental semejanza como ligada a lo que, en la condición humana, hace a cada uno absolutamente singular[12].



Bibliografía

Chamorro, Jorge y Otros “ Ecos entre el psicoanálisis y la literatura”, Buenos Aires, Cuadernos del Instituto Clinico Buenos Aires, 1° 2007.
Diccionario de la real academia española. España, 22°2001.
Gorostiza, Leonardo “A cada uno su despoblador” en“La Mujer De Mi Vida” Buenos Aires, Numero 55- invierno 2009.
Lacan, Jacques Seminario XXIV “ L´insu que sait de l´ une-bevue s´aile a mourre, Susana Sherar, Buenos Aires Escuela Freudiana de Buenos Aires.
Lacan, Jacques, Escritos I “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud” Buenos Aires, Siglo veintiuno 2° 2002 .
Lacan, Jacques, Seminario V “Las Formaciones del inconsciente” Buenos Aires, Paidos
Lacan, Jacques, Seminario XI “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis” Buenos Aires, Paidos 13° 2006.
Lombardi, Gabriel “La clinica del psicoanálisis: El síntoma y el acto” Buenos Aires, Atuel 1° 1993.
Maleval, Jean Claude “Locuras histéricas y psicosis disociativas”, Buenos Aires Paidos 5° 2009.
Miller, Jacques Alain “De la naturaleza de los semblantes” Buenos Aires, Paidos 1° 2002.
Miller, Jacques Alain y otros en “Psicoanálisis y Poesia” Colofón 25, 2005.
Miller, Jacques Alain, “Introducción al método psicoanalítico” Buenos Aires, Eolia-Paidos 5° 2006.
Pizarnik, Alejandra, “Poesía Completa”, España, Lumen 2° 2001.




[1] Lacan, J., “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud”, en Escritos Tomo I
[2] Miller, Jacques Alain “Un esfuerzo de poesía” en Colofón 25 Poesía y psicoanálisis. Hacia un significante nuevo
[3] Maleval, Jean Claude “Locuras histéricas y psicosis disociativas” Paidos. 5° reimpresión 2009.
[4] En la polisemia del termino encomillado, remarco este argentinismo tan usado para señalar algo del engaño en el discurso.
[5] Diccionario de la Real Academia Española.
[6] Lacan, J Seminario XXIV “L´ínsu que sait de l´une-bevue s´ aile a mourre . Trad. Escuela Freudiana de Buenos Aires.
[7] Chamorro, Jorge y otros “Ecos entre la literatura y el psicoanálisis” Cuadernos del Instituto Clinico de Buenos Aires, 2007
[8] Lacan, J Seminario III Las psicosis
[9] Miller, Jacques A. “De la naturaleza de los semblantes”
[10] Aleman Jorge y Otro “ la vecindad de poesia y psicoanálisis” En Colofón 25 pag 23
[11] Lombarda, Gabriel “ La clinica del psicoanálisis II :El síntoma y el Acto” Atuel 1993
[12] Gorostiza, Leonardo “A cada uno su despoblador” En :La mujer de mi vida Ed Invierno 2009.