miércoles, 23 de junio de 2010

La angustia, fuera de red significante. Una lectura Literaria


hablo
sabiendo que no se trata de eso
siempre no se trata de eso
oh ayudame a escribir el poema más prescindible
el que no sirva ni para
ser inservible
ayudame a escribir palabras
en esta noche, en este mundo
Introducción

A lo largo de la Obra de Alejandra Pizarnik algo en mi insistía por ser leído, me preguntaba por qué esta escritora escribía una poesía de manera tan singular, tan cargada de sufrimiento, cáustica, pensando ilusoriamente que la poesía servía al amor- a lo reconfortable del mismo-, tomar contacto con esta obra, recorrerla, me lleva a la interrogación sobre su uso particular y la manifestación de la angustia en la misma.
Esta obra, que siempre generó una inquietud y un efecto de novedad, facilita un encuentro de la letra como en suspenso, permitiendo efectuar una lectura desde el enigma, como establecería Lacan en Lituraterre, “hay aquello que del lenguaje llama el litoral a lo literal”[1], algo que muestra el bordeo de otra tierra, quizás la más ajena, parafraseando el título de los primeros escritos de Alejandra Pizarnik y tomando mi extrañeza en relación al uso de la poesía que hace esta autora.
Lacan en “La instancia de la letra en el inconsciente” manifiesta que, “lo escrito se distingue en efecto por una preeminencia del texto, en el sentido que se deberá tomar a ese factor del discurso, lo cual permitirá ese apretamiento que, no debe dejar al lector otra salida que la de su entrada”[2]… y será así que, a través de los puntos de convergencia entre el psicoanálisis y la literatura que se construirá este trabajo, no se aplicará el psicoanálisis al arte, sino que aplicará el arte al psicoanálisis, pensando que el artista precede al psicólogo, y su arte, permite hacer avanzar la teoría psicoanalítica. Abriremos así el canal entre ambos para transmitir sus potencias, “es una apuesta al respeto, a la legalidad propia de cada uno de estos campos”[3] , observando en el recorrido que, lo real escapa a la simbolización y la agujerea.
I

Leer la angustia o tratar de esbozarla en una obra literaria resulta harto paradójico, la angustia no se deja cazar con facilidad, esta fuera de red, no se deja atrapar mediante el pensamiento.
Lacan en el homenaje a M. Duras señala que, la misma Marguerite no sabe de toda su obra, de donde le viene, expresara así que, “un psicoanalista sólo tiene derecho a sacar una ventaja de su posición aunque esta por tanto le sea reconocida como tal: la de recordar con Freud, que en su materia, el artista siempre lleva la delantera, y no tiene por que hacer de psicólogo donde el artista le desbroza su camino. Reconozco esto en el rapto de Lol V. Stein donde Marguerte Duras evidencia saber sin mi lo que yo enseño[4]…”
Este es el contrapunto que pretendo señalar posible dentro de la obra de Pizarnik, teniendo como eje ubicar el “concepto” de la angustia y no interpretar a la autora, recordando que, “por su creación, el dramaturgo consigue decir lo que no puede ser dicho de otra forma”[5] , obra que nos permitirá evidenciar la resonancia entre el decir poético y el psicoanálisis en tanto aproximan a lo Real.
Voy a tomar una poesía llamada “El Despertar” para traducir lo que ella dice sin saber sobre la angustia, hago particular relevancia en el nombre del poema, según la real academia española “Despertar” indica interrumpir el sueño de alguien que está dormido, renovar o traer a la memoria algo ya olvidado y también suscitar asuntos o temas para que alguien se mueva a hacer o decir lo que no pensaba.
Tomando la concepción de angustia lacaniana, como el fenómeno que despierta, lo que se manifiesta, lo que hace hablar aquello lo que no se pensaba, señal de lo Real, carne que no se ve… ese “encuentro, de una cita siempre reiterada con un real que se escabulle. Lo real que esta más allá del Automaton, del retorno, del regreso, de la insistencia de los signos, a que nos somete el principio de placer“[6] ¿que despierta? Uno podría preguntarse… ¿que despierta la angustia? , nada más y nada menos que la relación esencial con el deseo del Otro, y dirá Lacan, “será sobre el filo de la angustia donde nosotros debemos mantenernos”[7]. La angustia como brújula, advenimiento de ese real donde todas las palabras se detienen, será frente a lo cual Lacan instituirá como su método ubicar las condiciones de su surgimiento, tomando en cuenta que es lo que no engaña, no se tratará ya de hacerla desaparecer, se tratará de un momento preciado en la experiencia analítica para poder ir mas allá, abrir los ojos, momento cuya resolución puede aportar una plenitud de luz a nuestra vida psíquica…“Wo es war, soll ich Werden” “Donde ello era, el sujeto debe advenir”.
Tal es el posicionamiento analítico frente a la angustia, es el “Despertar”, del sujeto, esas representaciones homogéneas, esos modos por los cuales el yo se representaba y le permitían habitar el mundo como una escena se conmocionan, aquel inconsciente dormido frente al ronroneo del (S◊a) se desbarata frente al encuentro con lo Real y la solución anterior cae:

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón esta loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
Ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

La angustia es señal de lo Real, como tal las chances para que ella desaparezca son pocas, el ser humano está en general sujeto a la angustia, esta se advierte habitualmente mediante un acontecimiento fisiológico, disnea, taquicardia, sudoración y espasmos, específicamente lo que la caracteriza es un sentimiento de displacer, “La angustia cabe en esa metáfora del estrechamiento, tomada al pie de la letra por el cuerpo”[8]. Algo se estrecha, aparecen así las sensaciones de sofocación, aparece la captura… no sólo sobre ese cuerpo, sino que comienza a producirse un estado de extrañeza, de alineación, influjo de una alteridad que cierra sus tenazas sobre el cuerpo como si el sujeto estuviera bajo la influencia de un peligro apremiante, el sujeto se siente como la sede de un proceso que no domina y al cual asiste impotente.
Hay en este extracto de poesía, una señal de alarma. Todo comienza con una señal de alerta, deja entrever un clima de “desvalimiento” donde aquello que servía de soporte, de vestido, desaparece. Freud dirá que la situación que se valora como peligro es la de la insatisfacción, lo cual equivale a un aumento de la tensión y se experimentará como displacer, la angustia misma ya es una respuesta, un modo de evitar el peligro, no sólo externo, sino interno, pero la angustia no se limita únicamente en ser una señal, ella es activa, es decir, es productiva causa del deseo, motor de la represión, Lacan la traduce en términos de objeto causa, implica la causalidad en el asunto.
La angustia es precisamente algo que se sitúa en nuestro cuerpo, es la sospecha que nos reducimos solamente a eso, el punto donde surge es cuando uno se ve a si mismo a punto de ser capturado por la imagen del Otro, atenazado, un cuerpo a merced del Otro, donde el paraíso de los señuelos cae y la jaula se vuelve pájaro:

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Lo real proveniente del cuerpo no simbolizado es aquello que aparece como ajeno, no se lo puede decir, se detienen las palabras, este agujerea poco a poco lo simbólico, la preocupación de Lacan es encontrar a través de la angustia lo que escapa a lo simbólico, no hay palabra, hay retorno al grito, a la escucha pasiva de un ruido sin poder recortarlo, progresivamente uno observa en la angustia la vía de acceso al objeto a, a aquello que no es significante, la angustia no es sin objeto, no se trata de un objeto de intercambio, se trata de un objeto que es innombrable y está conectado al tema del cuerpo. El objeto de la angustia lleva a Lacan a decir que esta se produce cuando en el campo de lo especular aparece algo que no debiera, cuando algo de ese objeto se presenta:

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Hará hincapié en la relación del goce con la angustia, mas allá de la creciente exigencia pulsional que deja al yo en un estado de desamparo, esta exigencia pulsional dirá, quiere satisfacerse como voluntad de goce, que insiste sin tregua y que al entrar en contradicción con el principio de placer producirá ese displacer llamado angustia.
En el principio del seminario Lacan presenta una mantis religiosa y un personaje que lleva una mascara y que ignora si la mantis religiosa hallara su objeto en él… en el nivel escopico se desconoce por excelencia la rareza del objeto a y este objeto es el más enmascarado, digamos que no se puede ver con los ojos, haciendo una critica a lo imaginario, es el campo de la mirada y su intima relación con el deseo del Otro lo que prima…Es el ámbito de la mirada ciega.


Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
Y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
O simplemente fue



Otro de los puntos capitales de la experiencia de la angustia lacaniana es poder ubicar sus modos de uso, la angustia al ser un afecto puede precipitarse en acto, sobretodo cuando la conmoción del fantasma, que servia de soporte vacila, el sujeto busca que hacer, frente al displacer en virtud a sus propios elementos,

Como no me suicido frente a un espejo
Y desaparezco para reaparecer en el mar
Donde un gran barco me esperaría
Con las luces encendidas?

Como no me extraigo las venas
Y hago con ellas una escala
Para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final Todo continuará igual Las sonrisas gastadas El interés interesado Las preguntas de piedra en piedra Las gesticulaciones que remedan amor Todo continuará igual

muchos de los pasajes al acto develan ser angustia de pura cepa, que ha sucumbido la mascara del fantasma y muchas veces toda la carga de afecto se convierte en la energía del pasaje al acto. Un sujeto que se angustia, es de alguna manera un sujeto sometido a un acceso de violencia, raíz posterior de la desafectivizacion del acto. Muchas veces la exteriorización de la pulsión de muerte como pulsión de destrucción elude el afecto. Otro de los destinos de la angustia estaría centrado en el acting, desafió al Otro para que sostenga sus promesas.
Teniendo en cuenta los desarrollos lacanianos en relación al objeto, habiendo delimitado ya que no se trata de un objeto especularizable, debemos tener en cuenta otro destino en virtud a la angustia, se tratara de la producción de los objetos como obras, de un saber hacer

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
Porque aun no les enseñaron
Que ya es demasiado tarde

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Que haré con el miedo


El psicoanálisis propone transitar la angustia y aprender de lo que ella a-tesora y re-crear así modos en los cuales el sujeto pene menos.
La creación de la poesía, (en virtud a la relación establecida en el presente trabajo entre lo poetico y el psicoanálisis) consiste en plantear según el modo de sublimación propio del arte, un objeto al que designaría como enloquecedor, un partenaire inhumano, se trata de la Dama exigente de los caballeros, o de la Beatrice inalcanzable de Dante, que funciona como el cráneo en anamorfosis, que hace girar la representación y que asume la función de la cosa. El Mismo Freud señala en los finales de la conferencia XXIII tomando una de las facetas de la vida de la fantasía que existe un camino de retorno desde ella hasta la realidad, “camino que no es otro que el del arte” , es decir es en el hacer donde se establecerá una diferencia, el artista podrá extraer de estas mismas algo más que un limitadísimo placer, “podrá dar a sus sueños diurnos una forma que los despoja de aquel carácter personal que pudiera desagradar a los extraños y hacerlos susceptibles de constituir una fuente de goce para los demás. Y, mas allá de la poética utilizada en el trabajo como eje ilustrativo del concepto de la angustia, me permitiría un juego más… ¿que otra cosa hace un análisis sino es generar poesía? “ Habrá poesía en tanto y en cuanto haya un sujeto capaz de asumir un nuevo orden de relación simbólica con el mundo”[9] Asi, destino de la angustia dentro del análisis no tendrá que ver entonces con la restauración del equilibrio homeostático perdido, el alivio de la ansiedad y su atenuación, la angustia es una apuesta, se buscara a través de ella un estado nuevo y desconocido del paciente al que acceda por del atravesamiento de su fantasma, que tome decisiones sin Otro, una apuesta a sostener en estos tiempos donde lo más propio de uno, donde esta la puerta de salida o de ¿entrada? trata de ser abolido por la época a un mero trastorno, a un sitio que engloba a sujetos particulares bajo significantes que ordenan su posición respecto de los otros como universal.
El lugar de la angustia, para el psicoanálisis, vializa al conocimiento del autor, del verdadero autor, el psicoanálisis responde con un “atrévete con la poesía te esta permitido saber” y desde allí, desde todo el recorrido y la férrea convicción de la angustia como nuestra singularidad y tesoro, como apuesta, nos invita a habitarlo como poetas, manteniendo la resonancia de lo que sabe hacer el inconsciente con las palabras y el saber hacer con la angustia alcanzado por el recorrido analítico fuera de la palabra misma, centro exterior, letra, trazo que nos atraviesa y singulariza, entender esa fundamental semejanza como ligada a lo que, en la condición humana, hace a cada uno absolutamente singular[10].
¿Que haré con el miedo?…. Atravesarlo, no retroceder frente a la angustia.












[1] Lacan, Jacques 1971
[2] Lacan, J, Escritos 1 La instancia de la letra en el inconsciente o la razon desde Freud pag473
[3] Chamorro, J y Otros “Ecos entre el psicoanálisis y la literatura”
[4] Lacan, J Homenaje a M. Duras
[5] Di Ciaccia, Antonio en “Psicoanálisis y poesia” Colofón 25 Pag13-20.
[6] Lacan, J Seminario XI “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis” Cap V Tyche y Automaton.


[7] Lacan, J Seminario X “La angustia” La angustia en la red de los significantes.
[8] Assoun, Paul Lecciones psicoanaliticas sobre la angustia, Nueva Vision, Buenos Aires 2003
[9] Lacan, J Seminario III Las psicosis
[10] Gorostiza, Leonardo “A cada uno su despoblador” En :La mujer de mi vida Ed Invierno 2009.