jueves, 29 de septiembre de 2011

“Clínica psicoanalítica y teoría de los Nudos” La dirección de la cura en la psicosis a través de los aportes de la teoría de los nudos.

El objetivo del presente trabajo se centra en el redoblamiento que implica la clínica psicoanalítica, teniendo en cuenta que el psicoanalista siempre debe ser dos, el del lado del acto y el que piensa.
Una de las cuestiones mas relevantes para mi a lo largo de la maestría fue descubrir la aplicación de los distintos “aparatos de formalización clínica”, encontrando un más allá de las construcciones nosograficas, subvirtiendo conceptos de la psiquiatría para poder innovar y pensar de una manera distinta la experiencia analítica, manteniendo el estandarte psicoanalítico del uno por uno.
Es por ello que en este trabajo pretendo establecer el impacto de la lógica nodal en las direcciones de la cura en las psicosis, para establecer lo que la lógica nodal puede decir, más allá de una pura descripción de signos y criterios, abriendo paso así la Clínica de las suplencias.

Cuando Freud aconsejaba un tratamiento de prueba, su objetivo era desprenderse rápidamente de los casos que resultaban ser psicóticos o que amenazaban con serlo, Lacan mismo en el retorno a los textos Freudianos sostiene esa prudencia, sosteniendo que es bien conocido que, un análisis puede desencadenar desde sus primeros momentos una psicosis, recortando que no podemos intervenir analíticamente (Cf. Lacan, J Seminario III Las psicosis).
Pero como el psicoanálisis hace de sus obstáculos causa, las investigaciones siguieron y permiten hoy día delimitar una posibilidad de no retroceder frente a las psicosis.
En los avances de la teoría se produce una versión del síntoma cuya naturaleza es goce, goce revestido, síntoma letra cuya perspectiva se afianza con el aparato de formalización constituido por “la teoria de los Nudos”, abriendo paso a una nueva topología que permite una nueva perspectiva sobre la estructura del sujeto en la cual lo imaginario, lo simbólico y lo real se articulan de tal forma que atrapan al objeto a en un agujero central. Se establecerá así que el Nudo no solo es un modo de abordar la estructura sino que Es la estructura “el nudo es de lo real”. Señalara que, “hay tipos de síntomas y con ello tipos de nudos”.
La cadena borromea esta compuesta por tres redondeles de cuerda entrelazados de tal forma que, si se corta uno, los otros dos quedan libres. “La realidad en la que se mueve el ser hablante sólo se construye mediante este cruzamiento”, el nudo borromeo esta enlazado por un cuarto que es el Nombre del Padre.
A la inversa, la carencia de estructura borromea produce así una deslocalización del goce, que luego invade al sujeto de forma parasitaria :
En el caso de la paranoia hay una puesta en continuidad de los tres registros, los tres se han colapsado y e indiferenciado. Es una locura de la personalidad, lo imaginario esta pegoteado.
En el caso de la esquizofrenia se interpenetran los registros Simbólico y Real) y se produce el desprendimiento, desanudamiento de lo imaginario.
Estos desanudamientos dependen muchas veces de la caducidad del sinthome que reforzaba la cadena, como cuarto nudo, como reparación de la falla del anudamiento, remiendo al lapsus del nudo. Esto mismo por ejemplo puede explicar casos donde se describieron apariciones de fenómenos elementales en personas que habían sido privadas por tratamientos de sustitución después de años de practicas toxicómanas, trastornos de la alimentación, obesidades, etc. lo que deja entrever el papel de cuarto nudo, intento de solución que evitaba el desencadenamiento franco de una psicosis.
Así se establece la posibilidad de la lectura de la estructura psicotica desde el uno por uno, observando en cada caso donde se produce el lapsus del nudo para poder pensar así cierta viabilidad en la construcción de un nuevo remiendo “De un modo empírico, lo que orienta la clínica puede consistir en localizar eso que en determinado momento para un sujeto se desengancha en relación con el Otro. Esta localización aclara, retroactivamente, el elemento que hacia de enganche y permite así dirigir la cura en el sentido de un eventual reenganche” (Cf. Miller y Otros “La psicosis ordinaria”) Esto nos lleva a pensar el estatuto de los síntomas en cada sujeto y su posible función como guía para nuestra practica.
Hay antecedentes en el corpus Freudiano mismo sobre la idea de suplencias, como por ejemplo lo traumático que no se puede tramitar por el principio de placer, puede serlo mediante enfermedades corporales, accidentes que dejan marcas en el cuerpo, etc. Las marcas indican la pertenencia de un sujeto a una clase, a un amo, el problema es cuando uno no tiene marcas que lo agarren. Muchas veces curar la enfermedad hace enloquecer al sujeto.
No se tratara entonces de ir acumulando un número de signos que confirmen un diagnostico cerrado, cuya dirección de la cura se limite a la vertiente medicamentosa, teniendo como estandarte el discurso del amo intentando ubicar un “para todos”, un universal.
La clínica de las suplencias establecida por estos desarrollos teóricos dejara entrever así por los lapsus del nudo efectuados o posibles psicosis sin psicosis, en el sentido fenoménico de lo psiquiátrico clásico.
Las denominadas psicosis ordinarias llevan a un replanteo, a una actualización de la noción de desencadenamiento, antes vivido como explosivo y manifiesto, pudiendo observarse en nuestra consulta psicosis donde no hay trastornos del significante, sino individuos que han vivido sinthomatizados, es decir con cierta solución singular al posible desanudamiento, casi siempre se trata de un partenaire síntoma, de una cruz, que si bien los hace sufrir evita la invasión de goce, el desanudamiento.
En tanto posición del analista, la teoría de los nudos permitirá un abordaje que va desde lo universal de una nosografía a lo más singular, a través de la palabra y de la transferencia.
El analista ofrecerá así la posibilidad de escucha, alojamiento, respuestas, lazo. La dirección de la cura apuntara siempre a la singularidad y desde allí a reintroducir el goce a su función de semblante haciendo de semblante de objeto para delimitar un lugar vacío. Sabiendo que, distintas cosas podrían venir a ocupar ese cuarto anudamiento (pluralización de los Nombres del Padre).
El analista que trabaje con una cadena no borromea tendrá en cuenta que, si hay fenómenos que recubren la inexistencia del Otro, como por ejemplo un fenómeno psicosomático, una practica artística, una elección de pareja, no se tratara de desarmarlo o extinguirlos sino de reconocer su función de anudamiento. No se tratara ya de una posición de secretariado del alienado, sino observar y sostener las invenciones particulares de cada caso, se tratara más bien de un artesanado, pensando como creación a aquello que elabora, tramita y anuda el lapsus y teniendo en cuenta que, en muchos casos la construcción del personaje forma parte de la solución del sujeto.
Tomando el seminario XXIII podemos concluir que “el analista es sinthome”, esto significa que, su función le permite reparar el lapsus del nudo y no retroceder así frente a la psicosis, sino renovar la apuesta en el caso por caso.



Bibliografía


Horne, B. Muñoz, P. Barros, M. Cochia, S. San Miguel, T. “Casos clínicos” Revista Ancla Nro 2.
Lacan, J. El seminario III “Las Psicosis” Paidos
Lacan, J. El seminario XXII “R.S.I” Inédito
Lacan, J. El seminario XXIII “El sinthome” Paidos
Maleval, Jean Claude “La forclusión del Nombre del Padre. El concepto y su clinica” Paidos Campo Freudiano.
Miller y Otros “La psicosis Ordinaria” ICBA Paidos
Muñoz, Pablo. “De locuras, encadenamientos y desencadenamientos” Revista Ancla Nro 2.
Schejtman, F. “Síntoma y sinthome” Revista Ancla Nro 2

viernes, 3 de diciembre de 2010

Dirección y Fin de la cura en Psicoterapia y Psicoanalisis

¿De donde proviene esa conspiración de invisibilidades?
A. Pizarnik




Introducción

El presente trabajo tomara una de las definiciones trabajada por J. A Miller sobre el final de la cura, y desde allí se establecerán las diferencias entre el psicoanálisis y la psicoterapia, despuntando lo propio de nuestra clínica, tanto en los posibles fines como en la dirección de la misma (en este orden ya que cada inicio de análisis lo pensamos desde una concepción del final[1])
La motivación de escritura se basamenta a través de la presencia en la clínica de pacientes que han pasado por psicoterapias y han obtenido cierta “eficacia”, pero se presentan con la sensación (inequívoca) de que todavía hay algo, algo para decir, algo que no se pudo decir, “invisible”, imposible de nombrar, pero que insiste… algo fuera de red…



La frase elegida, por más que resulte paradójico a simple vista, permite pensar al psicoanálisis en tanto “ética[2]”, fuera de todo intento de universalización y normalización de los sujetos que optan por el.
En su articulo fundamentos de la perversión Miller, afirma que, para Lacan “el fin de la cura es soberanía para la perversión, dirá: no cristalicemos demasiado rápido esto, es permiso para el objeto a”[3]. ¿Cómo entender esta frase hoy, donde prima la necesidad del mercado de soluciones rápidas y funcionales para el individuo y su sistema, respuestas tendientes a la normalización de los mismos?
La meta, si se quiere, la panacea estaría dada por el alivio o remisión total de padecimientos tanto en el cuerpo como en el pensamiento. Efectivamente el Manual de Salud Mental DSMIV, establecerá así un sistema de codificación universalizada de criterios para poder encuadrar al sufriente y delimitar desde allí su tratamiento, tiempo del mismo y remisión, buscando el máximo de eficacia, entendida esta por el éxito terapéutico.
Sin embargo no nos cansamos de encontrar en nuestras consultas sujetos que han pasado por estas “eficacias” y sienten que todavía les falta algo más, que si bien ciertos padecimientos remitieron (casualmente cuando las sesiones de las prepagas caducan, por ejemplo) hay “algo que insiste”, y es allí donde se empiezan a establecer las coordenadas necesarias para el dispositivo analítico, para el paciente a veces una segunda vuelta, pero para nosotros el comienzo de la primera. Teniendo en cuenta lo dicho por Lacan en La ciencia y la Verdad, lo que la ciencia obtura, el psicoanálisis se presenta para tomarlo.
La psicoterapia hará acento en el Yo y será funcional a la ciencia ya que su partenaire es la medicina, a lo social en virtud a una re adaptación, al mercado en el restablecimiento del consumidor, al estado, como un derecho ciudadano y planteara aflojar las identificaciones ideales cuyas exigencias (siempre exteriores por lo que se despliega) asedian a un sujeto, una “operación sobre el Ideal que le exige gozar como se debe y no como lo hace, mediante su síntoma”.
Esta obturación de modos de goce singulares el psicoanálisis los retomara y será desde allí que se desplegara el campo que es el nuestro: “el campo del deseo” pasando por un sujeto dividido entre saber y verdad se producirá: “la apertura del sujeto para captar lo que recibe en el de la verdad[4]” es en esta división donde debe insertarse el objeto a. La experiencia psicoanalítica al poner en juego estos dos términos implica la producción de un saber inconsciente que progresivamente se inscribe como verdad y dará así cuenta del caso por caso, saliendo de cualquier estandarización de criterios que señalen una cura en común, es la clínica del uno por uno, mas allá del mismo síntoma, el despliegue de la verdad singulariza el caso.
A diferencia de la psicoterapia, “El psicoanálisis no puede estar al servicio de ninguna finalidad superior a la operación analítica misma[5]” El rasgo propio de nuestra practica es no tener patrones. Entonces debemos indicar que, si en la practica no tenemos patrones, tenemos principios y es necesario formalizar esos principios[6]”:
El análisis lleva los rasgos de la persona del analizante y el analista tendrá una manera de conducirse (táctica) que oscila entre libertades delimitadas por el sujeto, sus interpretaciones no lo hacen amo de sus palabras, de hecho debe pagar prescindiendo de ellas, utilizando las del sujeto, estableciendo ambigüedad, favoreciendo la aparición del “instante de ver”, así mismo por la aparición de la transferencia (Estrategia) la libertad del analista se coarta un poco más, ya que esta alienada al (s v a) del analizante, lugar que el analista no puede elegir, paga con su persona y da lugar al tiempo para comprender, todo esto comandado por el deseo del analista, que hará posible un momento de concluir, pagando con su falta en ser, pudiendo ocupar el lugar de objeto.
“Un efecto analítico es una división del sujeto, como efecto de la puesta en función del deseo del analista” , con ellos se producirá una modificación del sujeto con sus dichos, una experiencia del inconsciente, y desde aquí que la cura como manifestara Lacan, “viene por añadidura”. No se tratara de recuperar para la coherencia sino de llevar al sujeto al punto de no saber lo que dice, producir cambios en su posición subjetiva, responsabilizarlo de sus elecciones y su síntoma, operaciones que la psicoterapia sutura, “no queriendo saber nada de eso” y mucho menos entender que a través de estas acciones efectuamos, citando a modo freudiano, modificaciones en el quantum pulsional.
No se tratara ya que el sujeto no pene, sino que pene lo menos posible, entendiendo que siempre hay un residuo, un imposible de absorber por vía simbólica que va a seguir ahí y que invitara a un paciente que ha transitado por el dispositivo analítico a hacer algo con el.
Es imposible llegar a un final sin resto, esto se va delimitando en toda la obra Lacaniana, con lo cual la pregunta por el saldo, delimita la pregunta por la causa y de allí al deseo.
Entonces, en este instante de concluir, ¿como entender la frase disparadora de este trabajo luego de estas pequeñas vueltas?
No es una invitación a una trasgresión, ni a una sexualidad desenfrenada, sino al seguimiento de las propias normas que no tienen porque coincidir con el universal, elegidas, mentadas, desplegadas por el trabajo analítico que despeja, llevando al sujeto a desprenderse de la demanda, señalando que el efecto analítico, implica una ruptura subversiva con la ética tradicional o con una ética conformista. El sujeto no es un Datum, no pertenece al registro de los datos, sino que es una discontinuidad en los datos
… Soberanía de la perversión puede ser entendida entonces como el establecimiento de un Soberano que perturbo el orden o el estado de “sus” propias cosas y llego así al permiso de relación con ese objeto que desde lo invisible comandaba sus actos, antes sin saberlo y ahora pudiendo elegir… siempre en virtud de su propio deseo.
Frase que clarifica que el psicoanálisis no actúa como moralizador y no tiene como objetivo la máxima pureza.
Como cierre y reflexión de “invisibilidades” podemos tomar la critica de Winnicott a los Kleinianos, cuando dice que algunos han terminado su análisis, pero que hay algo de futilidad, porque “entienden” lo que les paso, pero hay algo de lo que el llama falso self que sigue persistiendo. El apunta a “la espontaneidad” allí donde Lacan pone el saber hacer. Eric Laurent dirá de Winnicott que percibió algo del objeto a pero no pudo darle uso… Complicidad de invisibilidades que Lacan dilucido durante toda su obra y que cada paciente intenta testimoniar a su manera en nuestros consultorios…


Bibliografía

Delgado, Osvaldo “Efectos terapéuticos-Efectos analíticos” En el Sigma 30-11-2008.
Lacan, J Escritos 2 “La dirección de la cura y los principios de su poder” Buenos Aires, Siglo XXI 2003.
Lacan, J El Seminario VII “La ética del psicoanálisis” Buenos Aires, Paidos. 10°, 2007.
Lacan, J Escritos 2 “La ciencia y la verdad” Buenos Aires, Siglo XXI 2003.
Lacan, J Escritos 1 “El tiempo logico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma” Buenos Aires, Siglo XXI 2003.
Miller, J y Otros “Fundamentos de la perversión” en Psiquiatría y Psicoanálisis 2 Buenos Aires, Grama.2008.
Miller,J “Introducción al método psicoanalítico” Buenos Aires, Eolia Paidos. 5° 2006.
Rabinovich, Diana “El concepto de objeto en la teoría psicoanalítica” Buenos Aires. Manantial.2007
[1] Delgado, O Efectos Terapéuticos-Efectos Analíticos. En el sigma Introducción l psicoanálisis. 30-11-2008
[2] La etica del psicoanálisis es la ética del deseo y este es su interpretación. Lacan,J Sem VII “La etica del psicoanálisis”
[3] Miller y Otros Psiquiatria y Psicoanálisis 2
[4] Lacan, J La ciencia y la verdad” en Escritos II
[5] Miller, Psicoterapia- Psicoanalisis
[6] Miller,J “ Introducción al método psicoanalítico” Eolia Paidos Buenos Aires.1997

miércoles, 23 de junio de 2010

La angustia, fuera de red significante. Una lectura Literaria


hablo
sabiendo que no se trata de eso
siempre no se trata de eso
oh ayudame a escribir el poema más prescindible
el que no sirva ni para
ser inservible
ayudame a escribir palabras
en esta noche, en este mundo
Introducción

A lo largo de la Obra de Alejandra Pizarnik algo en mi insistía por ser leído, me preguntaba por qué esta escritora escribía una poesía de manera tan singular, tan cargada de sufrimiento, cáustica, pensando ilusoriamente que la poesía servía al amor- a lo reconfortable del mismo-, tomar contacto con esta obra, recorrerla, me lleva a la interrogación sobre su uso particular y la manifestación de la angustia en la misma.
Esta obra, que siempre generó una inquietud y un efecto de novedad, facilita un encuentro de la letra como en suspenso, permitiendo efectuar una lectura desde el enigma, como establecería Lacan en Lituraterre, “hay aquello que del lenguaje llama el litoral a lo literal”[1], algo que muestra el bordeo de otra tierra, quizás la más ajena, parafraseando el título de los primeros escritos de Alejandra Pizarnik y tomando mi extrañeza en relación al uso de la poesía que hace esta autora.
Lacan en “La instancia de la letra en el inconsciente” manifiesta que, “lo escrito se distingue en efecto por una preeminencia del texto, en el sentido que se deberá tomar a ese factor del discurso, lo cual permitirá ese apretamiento que, no debe dejar al lector otra salida que la de su entrada”[2]… y será así que, a través de los puntos de convergencia entre el psicoanálisis y la literatura que se construirá este trabajo, no se aplicará el psicoanálisis al arte, sino que aplicará el arte al psicoanálisis, pensando que el artista precede al psicólogo, y su arte, permite hacer avanzar la teoría psicoanalítica. Abriremos así el canal entre ambos para transmitir sus potencias, “es una apuesta al respeto, a la legalidad propia de cada uno de estos campos”[3] , observando en el recorrido que, lo real escapa a la simbolización y la agujerea.
I

Leer la angustia o tratar de esbozarla en una obra literaria resulta harto paradójico, la angustia no se deja cazar con facilidad, esta fuera de red, no se deja atrapar mediante el pensamiento.
Lacan en el homenaje a M. Duras señala que, la misma Marguerite no sabe de toda su obra, de donde le viene, expresara así que, “un psicoanalista sólo tiene derecho a sacar una ventaja de su posición aunque esta por tanto le sea reconocida como tal: la de recordar con Freud, que en su materia, el artista siempre lleva la delantera, y no tiene por que hacer de psicólogo donde el artista le desbroza su camino. Reconozco esto en el rapto de Lol V. Stein donde Marguerte Duras evidencia saber sin mi lo que yo enseño[4]…”
Este es el contrapunto que pretendo señalar posible dentro de la obra de Pizarnik, teniendo como eje ubicar el “concepto” de la angustia y no interpretar a la autora, recordando que, “por su creación, el dramaturgo consigue decir lo que no puede ser dicho de otra forma”[5] , obra que nos permitirá evidenciar la resonancia entre el decir poético y el psicoanálisis en tanto aproximan a lo Real.
Voy a tomar una poesía llamada “El Despertar” para traducir lo que ella dice sin saber sobre la angustia, hago particular relevancia en el nombre del poema, según la real academia española “Despertar” indica interrumpir el sueño de alguien que está dormido, renovar o traer a la memoria algo ya olvidado y también suscitar asuntos o temas para que alguien se mueva a hacer o decir lo que no pensaba.
Tomando la concepción de angustia lacaniana, como el fenómeno que despierta, lo que se manifiesta, lo que hace hablar aquello lo que no se pensaba, señal de lo Real, carne que no se ve… ese “encuentro, de una cita siempre reiterada con un real que se escabulle. Lo real que esta más allá del Automaton, del retorno, del regreso, de la insistencia de los signos, a que nos somete el principio de placer“[6] ¿que despierta? Uno podría preguntarse… ¿que despierta la angustia? , nada más y nada menos que la relación esencial con el deseo del Otro, y dirá Lacan, “será sobre el filo de la angustia donde nosotros debemos mantenernos”[7]. La angustia como brújula, advenimiento de ese real donde todas las palabras se detienen, será frente a lo cual Lacan instituirá como su método ubicar las condiciones de su surgimiento, tomando en cuenta que es lo que no engaña, no se tratará ya de hacerla desaparecer, se tratará de un momento preciado en la experiencia analítica para poder ir mas allá, abrir los ojos, momento cuya resolución puede aportar una plenitud de luz a nuestra vida psíquica…“Wo es war, soll ich Werden” “Donde ello era, el sujeto debe advenir”.
Tal es el posicionamiento analítico frente a la angustia, es el “Despertar”, del sujeto, esas representaciones homogéneas, esos modos por los cuales el yo se representaba y le permitían habitar el mundo como una escena se conmocionan, aquel inconsciente dormido frente al ronroneo del (S◊a) se desbarata frente al encuentro con lo Real y la solución anterior cae:

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón esta loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
Ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

La angustia es señal de lo Real, como tal las chances para que ella desaparezca son pocas, el ser humano está en general sujeto a la angustia, esta se advierte habitualmente mediante un acontecimiento fisiológico, disnea, taquicardia, sudoración y espasmos, específicamente lo que la caracteriza es un sentimiento de displacer, “La angustia cabe en esa metáfora del estrechamiento, tomada al pie de la letra por el cuerpo”[8]. Algo se estrecha, aparecen así las sensaciones de sofocación, aparece la captura… no sólo sobre ese cuerpo, sino que comienza a producirse un estado de extrañeza, de alineación, influjo de una alteridad que cierra sus tenazas sobre el cuerpo como si el sujeto estuviera bajo la influencia de un peligro apremiante, el sujeto se siente como la sede de un proceso que no domina y al cual asiste impotente.
Hay en este extracto de poesía, una señal de alarma. Todo comienza con una señal de alerta, deja entrever un clima de “desvalimiento” donde aquello que servía de soporte, de vestido, desaparece. Freud dirá que la situación que se valora como peligro es la de la insatisfacción, lo cual equivale a un aumento de la tensión y se experimentará como displacer, la angustia misma ya es una respuesta, un modo de evitar el peligro, no sólo externo, sino interno, pero la angustia no se limita únicamente en ser una señal, ella es activa, es decir, es productiva causa del deseo, motor de la represión, Lacan la traduce en términos de objeto causa, implica la causalidad en el asunto.
La angustia es precisamente algo que se sitúa en nuestro cuerpo, es la sospecha que nos reducimos solamente a eso, el punto donde surge es cuando uno se ve a si mismo a punto de ser capturado por la imagen del Otro, atenazado, un cuerpo a merced del Otro, donde el paraíso de los señuelos cae y la jaula se vuelve pájaro:

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Lo real proveniente del cuerpo no simbolizado es aquello que aparece como ajeno, no se lo puede decir, se detienen las palabras, este agujerea poco a poco lo simbólico, la preocupación de Lacan es encontrar a través de la angustia lo que escapa a lo simbólico, no hay palabra, hay retorno al grito, a la escucha pasiva de un ruido sin poder recortarlo, progresivamente uno observa en la angustia la vía de acceso al objeto a, a aquello que no es significante, la angustia no es sin objeto, no se trata de un objeto de intercambio, se trata de un objeto que es innombrable y está conectado al tema del cuerpo. El objeto de la angustia lleva a Lacan a decir que esta se produce cuando en el campo de lo especular aparece algo que no debiera, cuando algo de ese objeto se presenta:

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Hará hincapié en la relación del goce con la angustia, mas allá de la creciente exigencia pulsional que deja al yo en un estado de desamparo, esta exigencia pulsional dirá, quiere satisfacerse como voluntad de goce, que insiste sin tregua y que al entrar en contradicción con el principio de placer producirá ese displacer llamado angustia.
En el principio del seminario Lacan presenta una mantis religiosa y un personaje que lleva una mascara y que ignora si la mantis religiosa hallara su objeto en él… en el nivel escopico se desconoce por excelencia la rareza del objeto a y este objeto es el más enmascarado, digamos que no se puede ver con los ojos, haciendo una critica a lo imaginario, es el campo de la mirada y su intima relación con el deseo del Otro lo que prima…Es el ámbito de la mirada ciega.


Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
Y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
O simplemente fue



Otro de los puntos capitales de la experiencia de la angustia lacaniana es poder ubicar sus modos de uso, la angustia al ser un afecto puede precipitarse en acto, sobretodo cuando la conmoción del fantasma, que servia de soporte vacila, el sujeto busca que hacer, frente al displacer en virtud a sus propios elementos,

Como no me suicido frente a un espejo
Y desaparezco para reaparecer en el mar
Donde un gran barco me esperaría
Con las luces encendidas?

Como no me extraigo las venas
Y hago con ellas una escala
Para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final Todo continuará igual Las sonrisas gastadas El interés interesado Las preguntas de piedra en piedra Las gesticulaciones que remedan amor Todo continuará igual

muchos de los pasajes al acto develan ser angustia de pura cepa, que ha sucumbido la mascara del fantasma y muchas veces toda la carga de afecto se convierte en la energía del pasaje al acto. Un sujeto que se angustia, es de alguna manera un sujeto sometido a un acceso de violencia, raíz posterior de la desafectivizacion del acto. Muchas veces la exteriorización de la pulsión de muerte como pulsión de destrucción elude el afecto. Otro de los destinos de la angustia estaría centrado en el acting, desafió al Otro para que sostenga sus promesas.
Teniendo en cuenta los desarrollos lacanianos en relación al objeto, habiendo delimitado ya que no se trata de un objeto especularizable, debemos tener en cuenta otro destino en virtud a la angustia, se tratara de la producción de los objetos como obras, de un saber hacer

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
Porque aun no les enseñaron
Que ya es demasiado tarde

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Que haré con el miedo


El psicoanálisis propone transitar la angustia y aprender de lo que ella a-tesora y re-crear así modos en los cuales el sujeto pene menos.
La creación de la poesía, (en virtud a la relación establecida en el presente trabajo entre lo poetico y el psicoanálisis) consiste en plantear según el modo de sublimación propio del arte, un objeto al que designaría como enloquecedor, un partenaire inhumano, se trata de la Dama exigente de los caballeros, o de la Beatrice inalcanzable de Dante, que funciona como el cráneo en anamorfosis, que hace girar la representación y que asume la función de la cosa. El Mismo Freud señala en los finales de la conferencia XXIII tomando una de las facetas de la vida de la fantasía que existe un camino de retorno desde ella hasta la realidad, “camino que no es otro que el del arte” , es decir es en el hacer donde se establecerá una diferencia, el artista podrá extraer de estas mismas algo más que un limitadísimo placer, “podrá dar a sus sueños diurnos una forma que los despoja de aquel carácter personal que pudiera desagradar a los extraños y hacerlos susceptibles de constituir una fuente de goce para los demás. Y, mas allá de la poética utilizada en el trabajo como eje ilustrativo del concepto de la angustia, me permitiría un juego más… ¿que otra cosa hace un análisis sino es generar poesía? “ Habrá poesía en tanto y en cuanto haya un sujeto capaz de asumir un nuevo orden de relación simbólica con el mundo”[9] Asi, destino de la angustia dentro del análisis no tendrá que ver entonces con la restauración del equilibrio homeostático perdido, el alivio de la ansiedad y su atenuación, la angustia es una apuesta, se buscara a través de ella un estado nuevo y desconocido del paciente al que acceda por del atravesamiento de su fantasma, que tome decisiones sin Otro, una apuesta a sostener en estos tiempos donde lo más propio de uno, donde esta la puerta de salida o de ¿entrada? trata de ser abolido por la época a un mero trastorno, a un sitio que engloba a sujetos particulares bajo significantes que ordenan su posición respecto de los otros como universal.
El lugar de la angustia, para el psicoanálisis, vializa al conocimiento del autor, del verdadero autor, el psicoanálisis responde con un “atrévete con la poesía te esta permitido saber” y desde allí, desde todo el recorrido y la férrea convicción de la angustia como nuestra singularidad y tesoro, como apuesta, nos invita a habitarlo como poetas, manteniendo la resonancia de lo que sabe hacer el inconsciente con las palabras y el saber hacer con la angustia alcanzado por el recorrido analítico fuera de la palabra misma, centro exterior, letra, trazo que nos atraviesa y singulariza, entender esa fundamental semejanza como ligada a lo que, en la condición humana, hace a cada uno absolutamente singular[10].
¿Que haré con el miedo?…. Atravesarlo, no retroceder frente a la angustia.












[1] Lacan, Jacques 1971
[2] Lacan, J, Escritos 1 La instancia de la letra en el inconsciente o la razon desde Freud pag473
[3] Chamorro, J y Otros “Ecos entre el psicoanálisis y la literatura”
[4] Lacan, J Homenaje a M. Duras
[5] Di Ciaccia, Antonio en “Psicoanálisis y poesia” Colofón 25 Pag13-20.
[6] Lacan, J Seminario XI “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis” Cap V Tyche y Automaton.


[7] Lacan, J Seminario X “La angustia” La angustia en la red de los significantes.
[8] Assoun, Paul Lecciones psicoanaliticas sobre la angustia, Nueva Vision, Buenos Aires 2003
[9] Lacan, J Seminario III Las psicosis
[10] Gorostiza, Leonardo “A cada uno su despoblador” En :La mujer de mi vida Ed Invierno 2009.

viernes, 26 de marzo de 2010

¿Por qué comen si ya no tienen hambre?

“La grande Bouffe”



Introducción

“La gran comilona”, película del director Marco Ferrari, muestra con lucidez y humor la relación de los seres humanos con el alimento y su desnaturalización a través del atravesamiento significante.
La historia muestra el envés del lenguaje ya en su título haciendo una referencia al “Buffet” en su semejanza cacofónica señalando un sitio de comida y ágapes como también referencias a los términos de Bocanada, Sofocón, burla y ahuecamiento…
El objetivo del presente trabajo será poner en relación el estatuto de la comida en los seres humanos y la incidencia del significante que la transforma en otra cosa…


Cuatro aristócratas exitosos, Ugo (Cheff), Phillipe (juez), Marccelo (piloto), Michel (empresario de los medios), se reúnen con el objetivo tácito de sofocarse con la comida. Irán patentizando distintas posiciones subjetivas, llevando al comer a un más allá.
La demanda que insiste sin palabras es: aún más, aún más comida, aún más, va evidenciándose así que no existe Otro suficiente que pueda colmarlos… aún más comida, como una demanda sin fondo.
Se levantan temprano, reciben un camión repleto de carnes. La cámara hace foco constante en cada “pedazo”, siendo llevado hacia las heladeras. Posterior a ello se organizan y preparan el banquete diario, se apasionan, lo que hace pensar que la comida empieza a posicionarse como objeto causa, nunca simbolizable en su totalidad, que dejará ver progresivamente la pasión por la nada, por el vacío, el ahuecamiento progresivo de cada uno de los protagonistas que no se tratará de un vacío de “estómago” (aquí nada tiene que ver con la anatomía), sino con el vacío ontológico que conforma al sujeto, un vacío ligado a lo inconmensurable, fuera de toda medida, de toda cantidad.
El psicoanálisis introduce una diferencia entre el cuerpo humano y el organismo viviente. Las leyes biológicas que gobierna a este último, el instinto que suministra al organismo un esquema de respuestas a las solicitudes internas que determina y sedimenta genéticamente, se cortocircuita por el encuentro con el significante, imprimiendo en las cosas humanas la marca del Otro, llegando a concluir que el cuerpo es el lugar del Otro, se establecerá así una inscripción simbólica a cambio de una pérdida de ser, una pérdida de goce.
La pulsión en el ser humano y su apoyatura en la necesidad para hacerse luego independiente de la misma es lo que, en cada plato consumido, se pondrá de manifiesto en la película. Ese goce extrasignificante, no subordinado a las leyes de la civilización y al mismo tiempo inasimilable por el principio de placer, ese residuo de goce es lo que Lacan llamara Objeto Petit a.
Las mujeres invitadas al banquete, en calidad de objetos (prostitutas) empiezan a notar que ese comer, responde a otra cosa y una de ellas (casualmente la más delgada) exclamará : “¿por qué comen si ya no tiene hambre? Lo que nos da la idea que para ella comer se relaciona específicamente con suturar una necesidad, pero que pone en juego que, evidentemente “comer hasta reventar o rechazar la comida hasta morir de hambre son posiciones del sujeto que resultan incomprensibles si se recurre a la lógica hedonística del principio del placer”. La pulsión se distingue del instinto por el montaje pulsional de dos satisfacciones, las zonas erógenas se suman a la satisfacción de una necesidad (el tener hambre y comer) y la otra de tipo sexual, que introduce al sujeto a la dimensión estructuralmente perversa de la pulsión. La satisfacción pulsional no coincide con la satisfacción de la necesidad natural, no responde a ella, sino que es producto de la inclusión del sujeto en el campo del Otro, efecto de cancelación de la naturaleza, no se trata entonces de comer porque tienen hambre… se trata de la satisfacción libidinosa de la oralidad, con lo cual la pulsión oral no tiene un objeto especifico y Freud señalará que, ese objeto se presenta como perdido desde siempre. Lacan pondrá en relieve que no se debe confundir a la pulsión con el objeto sobre el cual debería investirse, porque ese objeto no es otra cosa que la presencia de una cavidad, de un vacío que será ocupado por cualquier objeto, dice Freud, y cuya instancia conocemos en la forma del objeto perdido (a).
Los platillos siguen discurriendo, cada uno con una elaboración rigurosa, con los mejores ingredientes y ornamentación. Así se aleja, se transfigura el objeto de la necesidad en objeto de la pulsión, el cuerpo empieza a mostrar resistencia, marcas en la superficie evidencian la dilatación de los capilares, el aumento de la diabetes, la imposibilidad de sostener una relación sexual, etc. , pero los comensales no se detienen, la satisfacción pulsional esta descarnada (será por ello que los espectadores rechazaron a la película como una oda a la animalidad y el asco, cosa que desde una lectura psicoanalítica pierde todo su peso, nada más humano que el lazo a la comida manifiesto)
No se come sólo para aplacar el hambre, se come también para gozar. No se come sólo comida, se como Otra Cosa, se come al Otro, creyendo encontrar así una bocanada de aire, una liberación en pos de una servidumbre.
Cada uno de los personajes continúa comiendo otra cosa hasta que en el encuentro cercano con el objeto, caen, ocupando ellos mismos el lugar de la carne en las heladeras y la carne en última escena es regada en el jardín. Cada uno de ellos se reencuentran y muere por sus objetos. Marcelo congelado en su Falo auto, Michel explota por sus heces, Ugo en su goce oral autoerótico y Phillipe victima de un postre dulce con forma de senos.
El psicoanálisis aporta una visión en torno a la alimentación más bien centrada en posiciones subjetivas, apuesta a un más allá de la reacomodación de la función fallida y establece que cada síntoma reúne la particularidad del sujeto evitando la estandarización evidenciada por los denominados trastornos de la alimentación. Este film evidencia esa apuesta y traduce que en los ámbitos de la humano la naturaleza, muchas veces no da pie con bola[1]….

BIBLIOGRAFIA

DONGHI, A: Innovaciones de la practica. Anorexias, bulimias y obesidad, JCEdiciones, Bs As, 2007DONGHI,A.: Variantes de la clinica ambulatoria ( Apartado de adicciones ). JVEDiciones, Bs As, 2000DONGHI, A., Cuerpo y subjetividad. Variantes e invariantes clinicas, Letra Viva, Bs As, 2005.
FREUD, S. Obras Completas Traducción directa del Aleman L Ballesteros “ Los instintos y su destino”
FREUD, S.: Obras Completas Traducción directa del Aleman L Ballesteros “Más allá del principio del placer”
FREUD,S.: Obras Completas Traducción directa del Aleman L Ballesteros “Lecciones introductorias al psicoanálisis” XXI, XXII.
LACAN,J. :Seminario VII “La ética del psicoanálisis” Paidos
LACAN,J.: Seminario X “La angustia” Paidos
RABINOVICH, D (1988) Las impulsiones, una clinica de la pulsion, Ed Manantial
RECALCATI, M., “Obesidad” en Clínica del vacío. Anorexias , dependencias , psicosis,Editorial Sintesis, 2005
RECALCATI, M.: “ la ultima cena: anorexia y bulimia” Ediciones del Cifrado, Milan, 2004
RODRIGUEZ OSVALDO, "Apuntes para una transición de la subjetividad”, Innovaciones de la Práctica II. Anorexias, bulimias y obesidad, A. Donghi, JCE, Buenos Aires, 2007, pp. 39-65
[1] “Hay que decir de la psicología humana lo que decia Voltaire de la historia natural, a saber que no es tan natural, y que para decirlo todo, es lo mas antinatural que hay. Todo lo que en el comportamiento humano es del orden de lo psicológico esta sometido a anomalías tan profundas, presenta en todo momento paradojas tan profundas, presenta en todo momento paradojas tan evidentes, que se plantea el problema de saber que hay que introducir para dar pie con bola” Lacan, J Seminario III Las psicosis. Clase I

jueves, 21 de enero de 2010

XX Y?

“El sexo nos hace hombres o mujeres... o las dos cosas”
Frase promocional del Film xxy



Introducción

Mediante este film se produjo en mí la pregunta que tratare de abordar a lo largo del presente trabajo con respecto a qué lugar queda para la asunción en el sujeto cuando en lo real del cuerpo no falta nada, delimitando un mas allá de la anatomía tomando para ello el valor de las formulas de la sexucción y los tres registros (RSI), demarcando el empuje de la época incidiendo o no en las posibles respuestas frente al deseo del Otro, y rescatando por último el valor del campo del psicoanálisis y desde allí, la libertad del sujeto…


Alguien corre machete en mano, hasta que corta con algo, esta escena de inicio a la película de Lucia Puenzo, XXY, donde se plantea la historia de Alex (sujeto intersex) que en tiempos de la adolescencia empieza a entender que el destino no es lo anatómico, sino que el destino es su propio deseo.
Empieza el desfiladero de temas: un cuerpo inadecuado frente a la norma, los intentos de adecuación desde lo biológico, lo farmacológico, el intento de adecuación al deseo del Otro, los modos de respuesta al mismo, el corte, la Asunción…
Todo comienza al llegar desde Buenos Aires a pedido de la madre, un cirujano que se especializa en “reasignaciones sexuales”, uno de los modos de respuesta frente a su propio deseo, tratara de reacomodar y adecuar a Alex a eso que ella quiso desde que estaba en su vientre, el padre de Alex nada sabe de ello, no habla pero sospecha y se pregunta todo el tiempo que es lo mejor. Alex esta al margen, habla poco, lo único que repite es su interés por tener su primer relación sexual, lee libros, cuestiona al hijo del matrimonio invitado, cuya anatomía coincide con el rol social asignado pero que su deseo es otro, el es un hombre y progresivamente asumirá que desea a otros hombres.
La clínica psicoanalítica pone de manifiesto que cuando un ser hablante es convocado a responder como hombre o mujer no sabe hacerlo, la sexuación depende de un decir, un decir que reúne ciertas características, que no esta escrito pero puede escribirse…( el pasaje de la lectura desenfrenada de libros sobre lo sexual de Alex a su propia palabra quizá lo testifique en el film) Esta lectura de la clínica de la sexuación abre un campo de operación, el campo que es el nuestro “el campo del deseo” , “el psicoanálisis es una teoría que considera al deseo como motor del funcionamiento subjetivo y la psicosexualidad es la referencia a partir de la cual se decodifica cualquier relato”[1] . La sexualidad se haya radicalmente modificada después de Freud, arrancada del reino biológico, mas allá de este es necesaria una implicación subjetiva del sexo, una asunción, y es esto lo que rescato del film, el foco en la asunción en la medida en que el discurso delimita esa idea de poder no hacerlo o rechazarlo, demarcando que “la declaración soy hombre, o soy mujer es siempre problemática y requiere que se precise desde donde, desde que punto de mira se ubica el sujeto para afirmarlo”[2] , evidentemente la película testimonia como progresivamente Alex va tomando posición para poder llegar a seguir con el destino que deja abierto la ambigüedad de su nombre…
En un sujeto pueden coexistir posiciones encontradas de la diferencia entre lo que la sexuacion le debe a lo imaginario, a lo simbólico y a lo real. Por una lado esta el sexo biológico localizado en un cuerpo eminentemente imaginario, que solo se rige por los caracteres sexuales primarios y secundarios, es “el cuerpo que se ve”, la imagen del cuerpo. Alex empieza a mostrarse a los otros y estos se desesperan por la inadecuación anatómica, no solo muestra su anatomía, sino que se permite destaparla dejando de tomar las medicaciones que la mantenían orientada mas bien a una fisonomía femenina, fármacos cuya madre facilitaba. Es en el florecimiento propio de la adolescencia donde aparece el cirujano convocado por la madre, quien siempre deseo una hija mujer, pero así mismo es sobre este cuerpo que la acción del significante falico opera, corta y pasa“de ser un cuerpo a tener un cuerpo” y desde allí a elegir en que lugar posicionarse, mediatizado en el film por la palabra del padre, opera un corte hacia el deseo de la madre, excluye al cirujano y deja elegir, dando lugar así a las diversas maneras que encontrara el sujeto para inscribir ese cuerpo y su goce respecto del significante, de esto depende para el psicoanálisis que haya hombres y mujeres y es lo que se describe en las formulas de la sexuación, los sujetos se distribuyen de un lado o del otro según las proposiciones en las que se inscriben, constituyéndose en su argumento. Estas proposiciones definen cuatro maneras de relacionarse con una única función: la función fálica, cualquiera sea el sexo biológico, es la posición de cada uno en relación al falo lo que lo sitúa como hombre o mujer.
Ahora bien, si observamos la frase de presentación de la película “El sexo nos hace hombre o mujeres o las dos cosas” podemos ver que se esconde allí el empuje de la época y deducir así la importancia de las formulas de la sexuacion como aparato de formalización que sostiene la particularidad de los sujetos en detrimento de la universalidad de los mismos y como un modo de resistencia al mismo. El psicoanálisis afirma que no es el sexo lo que nos hace hombres o mujeres, sino el atravesamiento de los significantes “El ser del cuerpo, ciertamente es sexuado[3]”, pero su sexuacion resulta en primer lugar, de hechos de discurso a los que los órganos deberán conformarse o no, esto ubica que no se trata de reasignar, corregir o cortar lo que sobra, claro empuje del deseo materno, de la epoca , de la mirada aterrada de los otros.
Esta frase promocional… ¿querrá decir algo sobre el “unisexo”? una frase suspendida que presenta a un film que, para una lectura psicoanalítica hablaría del destino como el deseo y que esconde el mensaje de sostener un posible todo… ¿Se trata de ubicarse en los dos lados a la vez creando y sosteniendo la nueva figura de lo androgino? “se nos quiere convencer de que vivimos en un nuevo pluralismo en el que lo sexual ya no constituiría un problema y que todas esas cuestiones represivas eran propias de la sociedad victoriana”[4] los términos que han entrado en conflicto hoy sea como “la diferencia sexual” el genero y la sexualidad, señalan fenómenos muchos mas profundos, “se piensa que es posible deshacerse de la diferencia sexual, pero es el mismo deseo de deshacerse de ella que evidencia su fuerza duradera y su eficacia[5]” el concepto de genero vendría así a separar lo anatomo- biológico de las construcciones sociales, que abogan por un proceso de desexualizacion del lenguaje, lenguaje que para nosotros como analistas es el que vializa a la sexuacion de los sujetos.
Y esto mismo es a lo que nos enfrentamos como analistas hoy, y es desde nuestra posición de tomar lo que la ciencia obtura, lo que los Genders Studies tratan de cubrir, que debemos orientar y sostener ese campo que es el nuestro “el campo del deseo”, permitiendo al sujeto un sexo, estructurado por su historia, su biología y su cultura; que descubra y conquiste su sexualidad; y no cubra lo que fue colonizado con un sexo por el otro de la ciencia plástica…
¿Podríamos pensar en la creación de cada uno de estos nuevos significantes, a las acciones de adecuación producidas por la ciencia que obturan la castración y la verdad del “no hay relación sexual” como otra treta mas del fantasma , un poco más de pasto para el ojo, un intento más de darle consistencia al Otro que no existe y responder así a su deseo?
Alex escapa de quedar constituid@ por la asignación del Otro de la ciencia, poniendo el corte en otro registro, no ha renunciado a mantener abierto el interrogante de su deseo, sin confundir así a el órgano con el significante que l@ divide. Las formulas de la sexuación suponen un cierto ordenamiento electivo respecto al falo, impugnando así que la posición sexuada se alcance por el lado de la identificación, quedando en claro que el sujeto es producto de esa elección.















Bibliografía



Barros, Marcelo “Adversus Sinistri” Clase Teorica.
Butler, Judith “Deshacer el genero” Paidos Studio 167, Barcelona 2006.
Freud, Sigmund “La sexualidad en la etiología de las neurosis” Ed. Losada, Trad. Lopez Ballesteros
Freud, Sigmund “Tres ensayos para una teoría sexual” Ed. Losada, Trad. Lopez Ballesteros
Lacan, J El seminario Libro XX “Aun” Paidos, Buenos Aires 2001.
Maleval, J.C “La forclusión del Nombre del Padre. El concepto y su clínica” Cáp. X, Paidos Campo Freudiano, Buenos Aires 2002.
Miller, J y Otros “Del Edipo a la sexuación” Paidos -ICBA, Buenos Aires 2001.Millot, Catherine “Exsexo. Ensayo sobre el transexualismo” Catalogos-Paradiso, Buenos Aires 1984.
[1] Barros, Marcelo “Adversus Sinistri”
[2] Miller y Otros “ Del Edipo a la sexuacion” en Síntoma y sexuacion. Paidos
[3] Lacan, J El Seminario Libro XIX
[4] Barros, Marcelo “Adversus Sinistri”
[5] Butler, Judith “Deshacer el genero” Paidosstudio167

jueves, 14 de enero de 2010

Síntoma: Del poema al poeta


“Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no guarecen… hablo”
Pizarnik, Alejandra
Fragmentos para dominar el silencio.



El objetivo del presente trabajo es dilucidar las fases del síntoma en el acto analítico, tomando en cuenta para ello las nociones teóricas trabajadas en la cátedra desde Freud y Lacan ubicándolas dentro de los polos del poema y el poeta.
La elección de estos términos no es azarosa, las formaciones del inconsciente, (en nuestro caso particular el síntoma) y la poesía son creadas en su relación al significante, toman de el su materia prima. La condición para que haya psicoanálisis es justamente que el inconsciente este estructurado como un lenguaje, solo por esta es posible que el síntoma ceda a la interpretación y permita así virajes subjetivos. “No hay ninguna significación que no se sostenga sino es por la referencia a otra significación”[1] , el síntoma histérico como bien diría Freud “habla”, tiene valor de palabra, aunque el sujeto no sepa nada de ello[2].
A partir de la enseñanza de Lacan la estructura no esta situada en no se sabe que profundidades insondables del psiquismo, la estructura esta articulada en el discurso del sujeto, se revela en “los efectos que la combinatoria pura y simple del significante determina en la realidad donde ella se produce”; constituye la “máquina original” que pone en escena al sujeto en el campo de nuestra experiencia”[3]
Un poema tradicionalmente se nos presenta en “verso”, tiene alguna extensión, un paciente a lo largo de las entrevistas preliminares “versa[4]” su historia, como lo señalara Lacan en su primer enseñanza bajo el termino de epopeya. Este, designa un poema narrativo extenso con un elevado estilo, con acciones grandilocuentes, con personajes heroicos o de suma importancia en el cual interviene lo sobrenatural o maravilloso[5]; es así que nos vamos encontrando con el relato, un relato donde el acento o la responsabilidad de lo que ocurre esta referida a los otros, a la mala suerte, al azar, las acciones en él pueden ceñirse desde la imposibilidad, la insatisfacción, la vacilación, la precaución, está presente un penar constante que actuó como disparador para la lectura de su texto.
El paciente “dice lo que cree que es verdadero, lo que el analista sabe es que solo habla cerca de lo verdadero, porque ignora lo verdadero en si”[6].
Es el momento donde el sujeto no reconoce al síntoma como sufrimiento, no advierte que padece de él porque obtiene del mismo un doble beneficio, hay un predominio de quejas hacia los otros, pero ninguna implicancia subjetiva.
El síntoma en el inicio del análisis es creencia, hay evidentemente un trabajo que hacer aquí, una vez leído el “poema épico” habrá que ir desbrozando la estructura de sustitución que deja ver el síntoma, produciéndose así poco a poco que el sujeto advierta algo nuevo para él en este relato, que empiece a jugarse en él la responsabilidad de haber escrito este y no otro poema que lo dice. “La inserción del narrador en el texto es un lugar fértil para precisar las diferentes implicaciones del sujeto que habla o bien, que es hablado”[7] proporcionando así el desplazamiento del poema al del poeta, génesis presente en el sujeto a través del síntoma, incluyendo en su núcleo la capacidad de la construcción de nuevos sentidos.
Evidentemente algo en el relato insiste y muestra la presencia de otra cosa, revela que el síntoma es una suerte de cobertura, de presentación del goce (evidenciado esto en la torsión de la enseñanza lacaniana a partir del seminario XI) Es decir, no todo es significante, no todo reside en aquello que se puede decir, hay una cara pulsional a tener en cuenta de aquí en más, donde el juego de posiciones entre el que narra, el que escribe y el que firma comienzan a interactuar.
Reconocido el síntoma como algo causado por una cierta relación con el goce, en el sujeto surgirá la necesidad de desembarazarse de eso, querer hacer otra cosa más que padecerlo y es así que aparecerá una demanda dirigida al analista (síntoma analítico) y la posibilidad entonces de transformarse en poeta.
¿Que es entonces un poeta? En términos generales un poeta es aquel quien compone obras y esta dotado de las facultades necesarias para comprenderlas y como diría Freud anticipar al psicoanalista, habrá poesía en tanto y en cuanto haya un sujeto capaz de asumir un nuevo orden de relación simbólica con el mundo[8] el discurso del paciente a través del recorrido analítico va rubricándose en virtud a las interpretaciones haciendo que el síntoma obtenga su valor subjetivo y particular por lo tanto no universalizable, la epopeya empieza a cobrar otro valor, la orientación divina o las manifestaciones del azar presentes en la misma comienzan poco a poco a desvanecerse.
Un poeta es aquel que no describe lo que ve, sino que apunta a lo que en el mundo es enigmatico y no se ve por estar en el mundo.
Empieza así a jugarse algo en relación a la autoría, un síntoma que ya no buscara su reconocimiento en el Otro, sino que deviene motor pulsional de su mismo acto. Entramos desde aquí al campo del Objeto a que es el que provoca y cosquillea por el interior, es como lo definiría Miller “lo que queda de la inconsistencia del Otro del significante”[9] ligado a lo singular, a la propia invención, incidencia de Lalengua sobre el ser hablante.
El síntoma comienza a jugarse como respuesta del sujeto a lo traumático de lo real, como lo que no cesa de inscribirse en lo real, se tratara entonces de develar el agujero del “no hay relación sexual” que muchas veces fuera velado por el “verso”, por la poesía “en el intento de escribir lo imposible, el imposible encuentro con el otro sexo – la relación sexual- hay que caracterizar dos grandes modalidades de la literatura, una de ellas se vuelca hacia el lado de la significación a la hora de enfrentarse con ese agujero en lo simbólico que es lo imposible… la otra forma de literatura intenta procurar, más allá de las limitaciones que impone la significación, una relación más estrecha con lo real”[10] Desde este viraje necesario, el trabajo del analizante se ceñirá entonces en el atravesamiento del fantasma, de su falso ser para conocer su síntoma, saber hacer con, saber desembrollarlo, manipularlo más que velar la imposibilidad con significantes metafóricos que sustituyan el que falta , se tratara de arrojarse a la imposibilidad vaciando de sentido a las palabras, se tratara de la destitución subjetiva, en tanto la salubridad de dejarse de hacer preguntas y “estar a la altura de hacer lo que hay que hacer”
“Si el síntoma es retorno de lo reprimido, si el síntoma es manifestación de lo pulsional, lo que se haga en el encuentro con el sujeto en torno al síntoma decide sobre lo que vendrá, decide sobre lo que puede suceder y lo que no puede suceder en el vinculo terapéutico cualquiera que sea”[11]
El destino del síntoma dentro del análisis no tendrá que ver entonces con la restauración del equilibrio homeostático perdido, el alivio de la ansiedad y su atenuación, el síntoma es una apuesta se buscara a través de el un estado nuevo y desconocido del paciente al que acceda por del atravesamiento de su fantasma, que tome decisiones sin Otro, es una apuesta a sostener en estos tiempos donde lo más propio de uno, donde esta la puerta de salida o de ¿entrada? trata de ser abolido por la época a un mero trastorno, a un sitio que engloba a sujetos particulares bajo significantes que ordenan su posición respecto de los otros como universal.
El lugar del síntoma para el psicoanálisis, vializa al conocimiento del autor, del verdadero autor, el psicoanálisis responde con un “atrévete con la poesía te esta permitido saber” y desde allí, desde todo el recorrido y la férrea convicción del síntoma como nuestra singularidad y como apuesta, nos invita a habitarlo como poetas, manteniendo la resonancia de lo que sabe hacer el inconsciente con las palabras y el saber hacer con el síntoma alcanzado por el recorrido analítico fuera de la palabra misma, centro exterior, letra, trazo que nos atraviesa y singulariza, entender esa fundamental semejanza como ligada a lo que, en la condición humana, hace a cada uno absolutamente singular[12].



Bibliografía

Chamorro, Jorge y Otros “ Ecos entre el psicoanálisis y la literatura”, Buenos Aires, Cuadernos del Instituto Clinico Buenos Aires, 1° 2007.
Diccionario de la real academia española. España, 22°2001.
Gorostiza, Leonardo “A cada uno su despoblador” en“La Mujer De Mi Vida” Buenos Aires, Numero 55- invierno 2009.
Lacan, Jacques Seminario XXIV “ L´insu que sait de l´ une-bevue s´aile a mourre, Susana Sherar, Buenos Aires Escuela Freudiana de Buenos Aires.
Lacan, Jacques, Escritos I “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud” Buenos Aires, Siglo veintiuno 2° 2002 .
Lacan, Jacques, Seminario V “Las Formaciones del inconsciente” Buenos Aires, Paidos
Lacan, Jacques, Seminario XI “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis” Buenos Aires, Paidos 13° 2006.
Lombardi, Gabriel “La clinica del psicoanálisis: El síntoma y el acto” Buenos Aires, Atuel 1° 1993.
Maleval, Jean Claude “Locuras histéricas y psicosis disociativas”, Buenos Aires Paidos 5° 2009.
Miller, Jacques Alain “De la naturaleza de los semblantes” Buenos Aires, Paidos 1° 2002.
Miller, Jacques Alain y otros en “Psicoanálisis y Poesia” Colofón 25, 2005.
Miller, Jacques Alain, “Introducción al método psicoanalítico” Buenos Aires, Eolia-Paidos 5° 2006.
Pizarnik, Alejandra, “Poesía Completa”, España, Lumen 2° 2001.




[1] Lacan, J., “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud”, en Escritos Tomo I
[2] Miller, Jacques Alain “Un esfuerzo de poesía” en Colofón 25 Poesía y psicoanálisis. Hacia un significante nuevo
[3] Maleval, Jean Claude “Locuras histéricas y psicosis disociativas” Paidos. 5° reimpresión 2009.
[4] En la polisemia del termino encomillado, remarco este argentinismo tan usado para señalar algo del engaño en el discurso.
[5] Diccionario de la Real Academia Española.
[6] Lacan, J Seminario XXIV “L´ínsu que sait de l´une-bevue s´ aile a mourre . Trad. Escuela Freudiana de Buenos Aires.
[7] Chamorro, Jorge y otros “Ecos entre la literatura y el psicoanálisis” Cuadernos del Instituto Clinico de Buenos Aires, 2007
[8] Lacan, J Seminario III Las psicosis
[9] Miller, Jacques A. “De la naturaleza de los semblantes”
[10] Aleman Jorge y Otro “ la vecindad de poesia y psicoanálisis” En Colofón 25 pag 23
[11] Lombarda, Gabriel “ La clinica del psicoanálisis II :El síntoma y el Acto” Atuel 1993
[12] Gorostiza, Leonardo “A cada uno su despoblador” En :La mujer de mi vida Ed Invierno 2009.